Tras la solicitud elevada por la agrupación Coya Renace y el trabajo mancomunado entre El Teniente, el municipio y el centro de salud, las vecinas de la localidad podrán acceder a prestaciones obstétricas y ginecológicas.
Una necesidad planteada por las mujeres de Coya era contar con un ecógrafo en la posta rural de la localidad, ya que la falta de este equipamiento las obligaba a viajar al centro urbano de Machalí o incluso a Rancagua para realizar sus controles prenatales o ginecológicos. Esa situación cambió, gracias al convenio de salud comprometido por la División El Teniente y que ha permitido, desde hace dos años, robustecer la atención médicade los habitantes de Coya.
En ese contexto se concretó la entrega oficial del primer ecógrafo de la posta —tras un periodo de marcha blanca de casi tres meses en el centro de salud— reflejo del trabajo mancomunado entre El Teniente, la Municipalidad de Machalí y la agrupación Coya Renace, quienes levantaron la solicitud a la cuprífera y autoridades.
Prevención y control
Cecilia Rodríguez, enfermera y encargada (s) de la Posta Rural de Coya, destacó como un hito “muy relevante para la población” la llegada del ecógrafo.
“Hay usuarias que no tienen los recursos económicos para trasladarse a Machalí o Rancagua para realizarse las ecografías prenatales, entonces este equipo acerca este examen a las usuarias, de manera gratuita y con una profesional capacitada”, sostuvo.
“Muchas mamás no se hacían todas sus ecografías, pero ahora no hay excusa para que tengan sus controles al día y que podamos derivar a tiempo si detectamos una anomalía”, agregó.
Violeta Ibáñez, matrona capacitada para el uso del ecógrafo, explicó que este equipo permitirá realizar ecografías tanto obstétricas como ginecológicas.
“Lo ocuparemos para realizar pesquisas de embarazo hasta las 12 semanas y podemos monitorear también pacientes con más semanas de ser necesario. En cuanto a la parte ginecológica, el ecógrafo viene a cumplir una labor fundamental en la prevención del cáncer endometrial y en pacientes que presenten sangrados irregulares que no sabemos de dónde vienen, acá lo visualizamos inmediatamente”, detalla.
Durante el periodo de marcha blanca, que comenzó en septiembre, Estefanía González estaba embarazada y fue la primera usuaria del servicio, por lo que pudo ver cómo su hijo Adrián, nacido hace un mes, crecía antes del parto.
“Fue una experiencia nueva no tener que viajar a Rancagua o Machalí para los controles. Me parece una muy buena oportunidad y es emocionante haberlo vivido y que ahora lo pueda aprovechar la comunidad”, reflexionó.